SANTI RUIZ
Al poco de publicar mi primer trabajo sobre la Impala, me invitaron en Abril de 2008, a dar una conferencia en Seva, con el título ¿Por qué la Impala?. Es una pregunta recurrente, con muchos itinerarios para contestarla.
Por ejemplo, su creador, el mismo Leopoldo Milá me contaba, "Es el triunfo de lo sencillo. Yo cada vez que oigo pasar una cerca, hacía entonces un gesto hacia su solapa, ¡me pongo una medalla!" No deja de ser la mejor respuesta pues con los años (ya 60) y las generaciones, sigue viva y circulando.
Su persistencia la demuestra útil, acertada y hace bueno el argumento de André Rocard: "la belleza reside en la función. Si un objeto es útil, resulta bello".
Tengo también predilección por las respuestas directas y prácticas, como la que me dió Rafa Marsans: "estoy agradecido a la gente de Bultaco, si no se hubieran separado, la impala no existiría", o la de Jordi Fornas "La Impala es un pequeño milagro de sencillez y eficacia".
Después de los acontecimientos de la primavera de 1958 muchos se preguntaron entonces ¿qué sería de Montesa? Lo que pasó en Montesa fue una revolución discreta y constructiva, una organización responsable, de trabajo bien hecho. ¡Lo que pasó fue la Impala!
Con mi propia Madurez acerca del fenómeno Impala, me tomé en serio responder a la pregunta inicial, justificar el porqué de esa máquina, interpretar sus múltiples argumentos. Cuando me he puesto, investigando en múltiples archivos y con mucha más información que hace años, he necesitado compartir la respuesta en estas 350 páginas.
Santi Ruiz